martes, 7 de febrero de 2023

Cuando hiciste portentos inesperados, que nadie había escuchado jamás

 *Libro del Profeta Isaías*



*Capítulo 64*


1 como el fuego enciende un matorral, como el fuego hace hervir el agua! Así manifestarías tu Nombre a tus adversarios y las naciones temblarían ante ti.

2 Cuando hiciste portentos inesperados,

3 que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él.

4 Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti.

5 Nos hemos convertido en una cosa impura, toda nuestra justicia es como un trapo sucio. Nos hemos marchitado como el follaje y nuestras culpas nos arrastran como el viento.

6 No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrarse a ti, porque tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas.

7 Pero tú, Señor, eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla, y tú, nuestro alfarero: ¡todos somos la obra de tus manos!

8 No te irrites, Señor, hasta el exceso, no te acuerdes para siempre de las culpas. ¡Mira que todos nosotros somos tu Pueblo!

9 Tus santas ciudades han quedado desiertas: Sión se ha convertido en un desierto, Jerusalén, en una desolación.

10 Nuestra Casa santa y gloriosa, donde te alababan nuestros padres, ha sido presa de las llamas, y todo lo que teníamos de precioso se ha convertido en una ruina.

11 Ante esto, ¿vas a permanecer insensible, Señor? ¿Te quedarás callado y nos afligirás hasta el fin?


*Palabra de Dios*, te alabamos señor

Dios habla a David por medio de Natán: "... yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno de entre tus hijos, y afianzaré su realeza."





 Primer Libro de las Crónicas

17


1 Cuando David se estableció en su casa, dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de la Alianza del Señor está bajo una tienda de campaña».


2 Natán respondió a David: «Puedes hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo».


3 Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos:


4 «Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: No eres tú el que me edificará la casa para que yo la habite.


5 Porque desde el día en que hice subir a Israel hasta el día de hoy, nunca habité en una casa, sino que anduve de carpa en carpa y de morada en morada.


6 Y mientras iba caminando entre todo Israel, ¿acaso dije a uno solo de sus Jueces, a los que mandé apacentar a mi pueblo: «Por qué no me han edificado una casa de cedro»?


7 Y ahora, esto es lo que le dirás a mi servidor David: Así habla el Señor de los ejércitos: Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel.


8 Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus enemigos delante de ti. Yo haré que tu nombre sea tan grande como el de los grandes de la tierra.


9 Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que tenga allí su morada. Ya no será perturbado, y los malhechores no seguirán devorándolo como antes.


10 Desde el día en que constituí Jueces sobre mi pueblo Israel, yo he sometido a todos tus enemigos. Y ahora te anuncio que el Señor te edificará una casa.


11 Sí, cuando llegues al término de tus días y te vayas con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno de entre tus hijos, y afianzaré su realeza.


12 El me edificará una Casa y yo afianzaré su trono para siempre.


13 Yo seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Y jamás retiraré de él mi fidelidad, como se la retiré a aquel que te precedió.


14 Lo estableceré en mi Casa y en mi reino para siempre, y su trono será estable eternamente».


15 Natán comunicó a David todas estas palabras y toda esta visión.


16 Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: «¿Quién soy yo, Señor Dios, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí?


17 Y como esto te pareció demasiado poco, Dios mío, también has hecho una promesa acerca de la casa de tu servidor, para un futuro lejano. ¡Tú me has mirado como a un hombre de alto rango, Señor Dios!


18 ¿Qué más podría decirte David sobre el honor que le has dispensado, si tú ya conoces a tu servidor?


19 Por amor a tu servidor y conforme a tu designio, Señor, tú has realizado toda esta gran obra, dando así a conocer tu inmensa grandeza.


20 Sí, Señor, no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos.


21 ¿Y hay sobre la tierra una sola nación como tu pueblo Israel, ese pueblo a quien el mismo Dios fue a rescatar para sí, a fin de hacerse un nombre grande y temible, expulsando a naciones enteras ante el pueblo que rescataste de Egipto?


22 Tú has hecho que tu pueblo Israel fuera tu Pueblo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios.


23 Y ahora, Señor, que se mantenga firme eternamente la palabra que has pronunciado acerca de tu servidor y de su casa, y obra conforme a lo que has dicho.


24 Que se mantenga firme, y que tu Nombre sea engrandecido para siempre. Que se diga: "¡El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel, es Dios para Israel!". Y que la casa de David, tu servidor, esté bien afianzada delante de ti.


25 Porque tú mismo, Dios mío, le has revelado a tu servidor que le edificarás una casa; por eso tu servidor se ha atrevido a dirigirte esta plegaria.


26 Y ahora tú, Señor, que eres Dios, le has prometido estos bienes a tu servidor.


27 Por eso, dígnate bendecir la casa de tu servidor, para que ella permanezca siempre en tu presencia; porque lo que tú has bendecido, Señor, queda bendito para siempre».


Palabra de Dios

jueves, 29 de diciembre de 2022

Daniel: la resurrección y el fin de los días

 *Daniel*



La resurrección y la retribución final


*12*


1 En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran

1 Príncipe,

1 que está de pie junto a los hijos de tu pueblo.

1 Será un tiempo de tribulación,

1 como no lo hubo jamás, desde que existe una nación

1 hasta el tiempo presente.

1 En aquel tiempo,

1 será liberado tu pueblo:

1 todo el que se encuentre inscrito en el Libro.

2 Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento

2 se despertarán, unos para la vida eterna,

2 y otros para la ignominia, para el horror eterno.

3 Los hombres prudentes resplandecerán

3 como el resplandor del firmamento,

3 y los que hayan enseñado a muchos la justicia

3 brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos.

4 En cuanto a ti, Daniel, oculta estas palabras y sella el Libro hasta el tiempo del Fin. Muchos buscarán aquí y allí, y aumentará el conocimiento”.


Última revelación y epílogo


5 Yo, Daniel, miré y vi que otros dos hombres estaban de pie, uno en una orilla del río y otro en la orilla opuesta. 6 Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: “¿Para cuándo será el fin de estos prodigios?”. 7 Yo oí al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río. Él alzó su mano derecha, y su mano izquierda hacia el cielo y juró por aquel que vive eternamente: “Pasará un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo; y cuando se haya acabado de aplastar la fuerza del pueblo santo, se acabarán también todas estas cosas”.

8 Yo oí, pero no entendí. Entonces dije: “Señor mío, ¿cuál será la última de estas cosas?”. 9 Él respondió: “Ve Daniel, porque estas palabras están ocultas y selladas hasta el tiempo final. 10 Muchos serán purificados, blanqueados y acrisolados; los malvados harán el mal, y ningún malvado podrá comprender, pero los prudentes comprenderán. 11 A partir del momento en que será abolido el sacrificio perpetuo y será instalada la Abominación de la desolación, pasarán mil doscientos noventa días. 12 ¡Feliz el que sepa esperar y llegue a mil trescientos treinta y cinco días! 13 En cuanto a ti, ve hacia el Fin: tú descansarás y te levantarás para recibir tu suerte al fin de los días”.


*Palabra de Dios*, te alabamos Señor


*FIN DEL LIBRO DE DANIEL*

martes, 27 de diciembre de 2022

Daniel: "Será suprimido un ungido inocente"

 *Daniel*

La profecía de Jeremías sobre los setenta años



Las setenta semanas


20 Yo hablaba todavía, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica delante del Señor, mi Dios, en favor de la Montaña santa de mi Dios; 21 yo hablaba todavía en oración, cuando Gabriel, ese hombre al que había visto al comienzo en la visión, se acercó a mí en rápido vuelo, a la hora de la oblación de la tarde. 22 Él me instruyó y me habló, diciendo: “Daniel, yo he salido para abrirte la inteligencia. 23 Cuando tú comenzabas tus súplicas, salió una palabra, y yo he venido a anunciártela, porque tú eres objeto de predilección. Discierne la palabra y entiende la visión.

24 Setenta semanas han sido fijadas

24 sobre tu pueblo y tu Ciudad santa,

24 para poner fin a la transgresión,

24 para sellar el pecado,

24 para expiar la iniquidad,

24 para instaurar la justicia eterna,

24 para sellar la visión y al profeta,

24 y para ungir el Santo de los santos.

25 Tienes que saber y comprender esto:

25 Desde que salió la orden de reconstruir a Jerusalén,

25 hasta que aparezca un Jefe ungido,

25 pasarán siete semanas;

25 luego, durante sesenta y dos semanas,

25 ella será reconstruida con la plaza y el foso,

25 pero en tiempos de angustia.

26 Y después de las sesenta y dos semanas,

26 será suprimido un ungido inocente;

26 en la Ciudad y en el Lugar santo,

26 hará estragos el pueblo de un jefe invasor;

26 pero su fin sobrevendrá en un cataclismo,

26 y hasta el fin habrá guerra

26 y las devastaciones decretadas.

27 Él impondrá una alianza a muchos

27 durante una semana;

27 y durante la mitad de la semana

27 hará cesar el sacrificio y la oblación.

27 Y sobre un ala del Templo

27 estará la Abominación de la desolación,

27 hasta que el exterminio decretado

27 se derrame sobre el devastador”.


*Palabra de Dios*, te alabamos Señor

domingo, 15 de mayo de 2022

Poema nupcial en honor del rey

 *Lectura del Libro de los Salmos*


Salmo 45 (44)


_Este bellísimo canto nupcial fue compuesto en ocasión del matrimonio de un rey israelita con una princesa extranjera. En la primera parte del Salmo (vs. 2-10), el poeta se dirige al rey para exaltar sus virtudes y exhortarlo a luchar por la justicia, en defensa de su pueblo. La segunda parte (vs. 11-17) está dedicada a la esposa: luego de invitarla delicadamente a que sepa ganarse el corazón del rey, el salmista describe su belleza y el esplendor de su cortejo._


_El versículo final (18) tiene un sentido mesiánico y, sin duda, fue agregado más tarde, cuando se “releyó” todo el Salmo como una descripción profética del Mesías. Así lo utilizan el Nuevo Testamento (Heb. 1. 8-9) y la tradición cristiana._


POEMA NUPCIAL EN HONOR DEL REY


1 Del maestro de coro. Según la melodía de “Los lirios”. De los hijos de Coré. Poema. 


Canto de amor.


Elogio del rey


2 Me brota del corazón un hermoso poema,

yo dedico mis versos al rey:

mi lengua es como la pluma

de un hábil escribiente.


3 Tú eres hermoso,

el más hermoso de los hombres;

la gracia se derramó sobre tus labios,

porque el Señor te ha bendecido para siempre.


4 Cíñete, guerrero, la espada a la cintura;

5 con gloria y majestad, avanza triunfalmente;

cabalga en defensa de la verdad y de los pobres.

Tu mano hace justicia y tu derecha, proezas;

6 tus flechas son punzantes,

se te rinden los pueblos

y caen desfallecidos los rivales del rey.


7 Tu trono, como el de Dios,

permanece para siempre;

el cetro de tu realeza es un cetro justiciero:

8 tú amas la justicia y odias la iniquidad.

Por eso el Señor, tu Dios, prefiriéndote a tus iguales,

te consagró con el óleo de la alegría:

9 tus vestiduras exhalan

perfume de mirra, áloe y acacia.

Las arpas te alegran desde los palacios de marfil;

10 una hija de reyes está de pie a tu derecha:

es la reina, adornada con tus joyas

y con oro de Ofir.


La esposa del rey


11 ¡Escucha, hija mía, mira y presta atención!

Olvida tu pueblo y tu casa paterna,

12 y el rey se prendará de tu hermosura.

Él es tu señor: inclínate ante él;

13 la ciudad de Tiro vendrá con regalos

y los grandes del pueblo buscarán tu favor.


14 Embellecida con corales engarzados en oro

15 y vestida de brocado, es llevada hasta el rey.

Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían;

16 con gozo y alegría entran al palacio real.


17 Tus hijos ocuparán el lugar de tus padres,

y los pondrás como príncipes por toda la tierra.


18 Yo haré célebre tu nombre

por todas las generaciones:

por eso, los pueblos te alabarán eternamente.

sábado, 16 de abril de 2022

Libro de los salmos: anuncio anticipado de la Resurrección

 *Libro de los Salmos*



Salmo 16 (15)


La confianza y el gozo profundo que brotan de la intimidad con Dios, son los sentimientos predominantes en este Salmo. Los vs. 5-6 permiten suponer que su autor es un levita es decir, una persona consagrada al culto de Dios en el Templo de Jerusalén que se encuentra en un grave peligro y acude al Señor, fuente de vida (v. 11), para que lo libre de la muerte (v. 10).

El Nuevo Testamento asigna a este Salmo un sentido mesiánico, citándolo como un anuncio anticipado de la Resurrección de Cristo (vs. 8-11).



EL SEÑOR, HERENCIA Y FELICIDAD DE SUS AMIGOS


1 Mictán de David.

*Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.*


2 Yo digo al Señor:

Señor, tú eres mi bien,

no hay nada superior a ti.


3 Ellos, en cambio, dicen a los dioses de la tierra:

Mis príncipes, ustedes son toda mi alegría.


4 Multiplican sus ídolos y corren tras ellos,

pero yo no les ofreceré libaciones de sangre,

ni mis labios pronunciarán sus nombres.


5 El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,

¡tú decides mi suerte!


6 Me ha tocado un lugar de delicias,

estoy contento con mi herencia.


7 Bendeciré al Señor que me aconseja,

¡hasta de noche me instruye mi conciencia!


8 Tengo siempre presente al Señor:

él está a mi lado, nunca vacilaré.


9 Por eso mi corazón se alegra,

se regocijan mis entrañas

y todo mi ser descansa seguro:

10 porque no me entregarás a la Muerte

ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro.


11 Me harás conocer el camino de la vida,

saciándome de gozo en tu presencia,

de felicidad eterna a tu derecha.

jueves, 31 de marzo de 2022

Malaquías describe la llegada del Señor, preparada por un misterioso mensajero (3. 1), a quien el Evangelio indentifica con Juan el Bautista

 El último Libro de los Profetas, Malaquías, son sólo 3 capítulos.

Introducción


Los oráculos que cierran la colección de los escritos proféticos son la obra de un profeta cuyo verdadero nombre nos es desconocido. El nombre MALAQUÍAS –que en hebreo significa “mi mensajero”– fue tomado seguramente de 3. 1 y puesto como título en el encabezamiento del Libro. Aunque estos oráculos no traen ninguna indicación cronológica, la actividad de Malaquías suele situarse poco antes del 445 a. C., fecha en que Nehemías llegó a Jerusalén para llevar a cabo la reforma política y religiosa de la comunidad judía. Este escrito proporciona datos muy valiosos sobre las condiciones de vida del Judaísmo a mediados del siglo V a. C., corroborando y completando la información que nos dan los libros de Esdras y Nehemías.


Cuando Malaquías desarrolló su actividad profética, el Templo ya estaba reconstruido, pero el culto divino y la conducta de los sacerdotes dejaba mucho que desear (2. 1-9). A estos abusos en la práctica del culto se sumaban otros de carácter moral y social. Los ricos oprimían a los pobres (3. 5; Neh. 5. 1-5), muchos repudiaban a la esposa de su juventud para casarse con mujeres extranjeras (2. 14) y otros consideraban que era inútil servir al Señor, ya que a los malos les va mejor que a los buenos (2. 17; 3. 13-14). Todos estos pecados son condenados por Malaquías. Frente a la indiferencia y al escepticismo generalizados, él reafirma decididamente el amor de Dios hacia su Pueblo (1. 2-5). Con la misma energía condena los abusos cometidos en el Templo (1. 13-14), reprueba los matrimonios con mujeres paganas (2. 11) y exhorta a la fidelidad matrimonial (2. 15-16), que encuentra su prototipo en la fidelidad del Señor hacia Israel.


Por último, el profeta anuncia el “Día del Señor”, que purificará a los sacerdotes, destruirá toda injusticia y dará el triunfo a los justos. Esta restauración del orden moral (3. 5) y del orden cultual (3. 4) culminará en el sacrificio perfecto ofrecido al Señor por todas las naciones (1. 11), que preludia el sacrificio incruento de la Nueva Alianza. En el más célebre de sus oráculos proféticos, Malaquías describe la llegada del Señor, preparada por un misterioso mensajero (3. 1), a quien el Evangelio indentifica con Juan el Bautista, el Precursor de Jesús (Mt. 11. 10).


1


1 Oráculo. Palabra del Señor a Israel por medio de Malaquías.


2 ¡Yo los he amado!, dice el Señor, y ustedes dicen: «¿En qué nos has amado?». ¿Esaú no era el hermano de Jacob? –oráculo del Señor–. Sin embargo, yo amé a Jacob


3 y aborrecí a Esaú. Yo hice de sus montañas una desolación y di su herencia a los chacales del desierto.


4 Si Edom dice: «¡Hemos sido destruidos, pero reconstruiremos nuestras ruinas!», así habla el Señor de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo demoleré, se los llamará «Territorio de maldad» y «Pueblo contra quien el Señor está enojado para siempre».


5 Ustedes lo verán con sus ojos y dirán: «¡Grande es el Señor, aún más allá del territorio de Israel!».


6 El hijo honra a su padre y el servidor teme a su señor. Pero si yo soy Padre, ¿dónde está mi honor? si soy Señor, ¿dónde está mi temor?, les dice el Señor de los ejércitos, a ustedes, sacerdotes, que desprecian mi Nombre. Y ustedes dicen: «¿En qué hemos despreciado tu Nombre?».


7 Presentando sobre mi altar un alimento manchado, Y ustedes dicen: «¿En qué te hemos manchado?». Diciendo: «La mesa del Señor es despreciable».


8 Cuando ustedes presentan un animal ciego para el sacrificio, ¿no están obrando mal? Y cuando presentan un animal rengo o enfermo, ¿no están obrando mal? Ofrécelos a tu gobernador, a ver si te recibe bien y se muestra favorable, dice el Señor de los Ejércitos.


9 Y ahora, aplaquen el rostro de Dios, para que él tenga piedad de nosotros. Todo esto viene de las manos de ustedes, ¿acaso él se les mostrará favorable?, dice el Señor de los ejércitos.


10 ¿No habrá alguien entre ustedes que cierre las puertas, para que no enciendan en vano el fuego de mi altar? Yo no me complazco en ustedes, dice el Señor de los ejércitos, y no acepto las ofrendas de sus manos.


11 Pero desde la salida del sol hasta su ocaso, mi Nombre es grande entre las naciones y en todo lugar se presenta a mi Nombre un sacrificio de incienso y una ofrenda pura; porque mi Nombre es grande entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos.


12 Pero ustedes lo profanan cuando dicen: «La mesa del Señor está manchada, y su alimento es despreciable».


13 Ustedes dicen: «¡Qué fastidio!» y me provocan dice el Señor de los ejércitos. Cuando traen un animal robado, rengo o enfermo, cuando traen esas ofrendas, ¿puedo yo aceptarlas de sus manos?, dice el Señor.


14 ¡Maldito sea el tramposo que tiene un animal macho en su rebaño, lo ofrece en voto y después sacrifica al Señor uno mutilado! Porque yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos, y mi Nombre es temible entre las naciones.


3

1 Yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Ángel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos.


2 ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos.


3 El se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia.


4 La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los tiempos pasados, como en los primeros años.


5 Yo me acercaré a ustedes para el juicio y atestiguaré decididamente contra los adivinos, los adúlteros y los perjuros, contra los que oprimen al asalariado, a la viuda y al huérfano, contra los que violan el derecho del extranjero, y no temen, dice el Señor de los ejércitos.


6 Porque yo, el Señor, no he cambiado, ¡pero ustedes no dejan de ser hijos de Jacob!


7 Desde la época de sus padres, ustedes se apartan de mis preceptos y nos observan. ¡Vuelvan a mí y yo me volveré a ustedes!, dice el Señor de los ejércitos. Ustedes dicen: «¿Cómo volveremos?».


8 ¿Puede un hombre defraudar a Dios? ¡Sin embargo, ustedes me defraudan a mí! Ustedes dicen: «¿En qué te hemos defraudado?». En el diezmo y en los tributos.


9 Sobre ustedes pesa una maldición, porque ustedes, la nación entera, me defraudan.


10 Lleven el diezmo íntegro a la casa del Tesoro, para que haya alimento en mi Casa. Sométanme a esta prueba, dice el Señor de los ejércitos, y verán si no les abro las compuertas del cielo y derramo para ustedes la bendición en abundancia.


11 Yo les espantaré la langosta, para que no destruya los frutos de la tierra y la viña no les quede estéril en el campo, dice el Señor de los ejércitos.


12 Todas las naciones los proclamarán felices, porque ustedes serán una tierra de delicias, dice el Señor de los ejércitos.


13 Ustedes hablan duramente contra mí, dice el Señor,


14 y todavía preguntan: «¿Qué hemos dicho contra ti?». Ustedes dicen: «Es inútil servir a Dios, ¿y qué ganamos con observar sus mandamientos o con andar enlutados delante del Señor de los ejércitos?


15 Por eso llamamos felices a los arrogantes: ¡prosperan los que hacen el mal; desafían a Dios, y no les pasa nada!».


16 Entonces se hablaron unos a otros los que temen al Señor. El Señor prestó atención y escuchó: ante él se escribió un memorial, en favor de los que temen al Señor y respetan su Nombre.


17 Ellos serán mi propiedad exclusiva, dice el Señor de los ejércitos, en el Día que yo preparo. Yo tendré compasión de ellos, como un hombre tiene compasión de su hijo que lo sirve.


18 Ustedes volverán a ver la diferencia entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no lo sirve.


19 Porque llega el Día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama.


20 Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos, y saldrán brincando como terneros bien alimentados.


21 Ustedes pisotearán a los impíos, que serán ceniza bajo la planta de sus pies, en el Día que yo preparo, dice el Señor de los ejércitos.


22 Acuérdense de la Ley de Moisés, mi servidor, a quien yo prescribí, en el Horeb, preceptos y leyes para todo Israel.


23 Yo les voy a enviar a Elías, el profeta, antes que llegue el Día del Señor, grande y terrible.


24 El hará volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres, para que yo no venga a castigar el país con el exterminio total.


*Palabra de Dios*, te alabamos señor